Es tan inmensa la Misericordia de Cristo, que aunque nosotros no vayamos a Él, Él mismo se acerca a nosotros para regalarnos oportunidades de amarle a través del necesitado; ese que lo encontramos en las calles pidiendo algo de dinero, ese que incluso llega a tocar el timbre de nuestras casas pidiendo algo que comer, y también en los los necesitados de aprendizaje, de apoyo, de paz y de amor que podemos encontrar dentro de nuestras familias, grupos de amigos y en cualquier parte.
Aprovechemos esas oportunidades que Él nos regala, para darle una respuesta de amor a Su Amor. Él nos dijo que todo lo que hagamos y dejemos de hacer por uno de sus hermanos más pequeños, por Él lo hacemos o dejamos de hacer.
Invitaciones para hoy y para cada día:
- Estar con el Señor de todas las formas posibles, el mayor tiempo posible.
- Preparar algo para compartir con Él, cuando se presente la oportunidad.
- Permanecer atentos a su visita, para dar lo que tengamos con alegría y amor.
Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.