El impulso

Ciclista-al-pie-de-la-montanha
Ayer, viernes 22 de enero, mientras andaba en bicicleta me acordé de un consejo que mi papá algún día me había dado, mientras íbamos por la ruta en vehículo, me había dicho: “siempre tenés que acelerar en la bajada, para que la subida no le cueste tanto al vehículo”, pero esta vez lo apliqué en la bicicleta, porque se venía una subida bastante empinada.

Al llegar a una zona plana, empecé a reflexionar mientras seguía pedaleando: “que importante es el impulso” y me vino el recuerdo de otra lección que había aprendido hace un tiempo: “es importante festejar y celebrar las victorias”.

Por alguna razón asocié ambas, el impulso y la celebración; pensando en que esa alegría que sentimos ante cualquier victoria, pequeña o grande, nos sirve de impulso para los fracasos que nos esperan.

La vida indefectiblemente se encuentra compuesta de éxitos y fracasos, y más fracasos hasta que volvemos a alcanzar un éxito y así sucesivamente.

Si bien muchas veces nos enfocamos en los fracasos y buscamos aprender de ellos para triunfar en una siguiente ocasión, considero que a menudo no le damos el valor suficiente a los triunfos y disfrutamos muy poco de ellos; tal vez pensando ya en el siguiente desafío y no nos damos el tiempo suficiente para regocijarnos y que esto nos sirva de impulso para lo que sea que aparezca.

Invitaciones para hoy:

  1. Analizar el tiempo que le dedico a celebrar mis victorias y  regocijarme con ellas.
  2. Tomar la decisión de dedicarles más tiempo y aprecio, si así lo deseo. 

Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.

Abrazo en Cristo,

Marco.