El espejo

espejo-circular-en-mano

Hoy, viernes 03 de julio, decidí tomarme unos minutos para escribir una reflexión que hace más de un mes me viene resonando desde que escuché una exposición magistral relacionada a un libro extremadamente interesante que nos ayuda en el crecimiento y la superación personal para construir un mundo mejor, más justo y más feliz.

El expositor mencionaba que "el espejo, es esa herramienta que nos permite poder identificar algo que no se encuentra bien en nuestro rostro". Nos posibilita examinar aquello que por nuestra propia cuenta no tenemos la capacidad de hacerlo, ya que nuestra vista tiene un alcance limitado.

Así mismo ocurre con la Palabra de Dios, puesta por escrito siglos atrás;  la diferencia con el espejo es que la Palabra de Dios nos permite detectar no lo que está mal en nuestro rostro, sino lo que está mal en nuestra mente y nuestro espíritu. Tiene el poder de perfeccionar nuestra conciencia y configurarla a los pensamientos y criterios de Dios.

Yo suelo poner como ejemplo, con un poco de vergüenza pero con mucha alegría lo que la Palabra de Dios hizo en mi conciencia con respecto a dos formas de pensar que yo tenía:

El primer ejemplo es que debido a una falta de principios y a que en Paraguay no se encuentra penado por ley el acceso a través de Internet a contenido de páginas web pirata, la mayoría en nuestro país lo consume. Yo también consumía dicho contenido hasta que un día me encontré con lo que Dios quiere que hagamos en Mateo 7, 12, las palabras de Jesús: "todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo primero ustedes con ellos". Entonces yo me había puesto a analizar, si yo realizo un trabajo y decido darlo gratis, genial... Pero si decido cobrar por él, no me gustaría que ninguna persona diga "él ya tiene suficiente", o "que lo que tanto si una persona no paga", entonces cambié. Di un giro de 180 grados y contraté los servicios de Netflix y otros para poder acceder al contenido de forma legal y luego empecé a incentivar a otros a hacer lo mismo.

El segundo ejemplo es con respecto a vivir en la verdad. Siempre me consideré una persona sincera, sin embargo, como la mayoría está acostumbrada, años atrás yo decía mentiras de vez en cuando para evitar ciertas consecuencias. Hasta que un día me encontré con lo que Dios quiere que hagamos cuando en Juan 8, 44 y 32 respectivamente, Jesús dice: "Satanás es el padre de toda mentira" y "la verdad los hará libres" y "digan sí cuando es sí, no cuando es no. El resto; fue entonces que tomé la decisión de vivir en la verdad. Eso me llevó de forma automática a ser más prudente, ya que antes de hacer cualquier cosa pienso: "si me preguntan, voy a tener que responder con la verdad" y eso hace que evite cometer muchos errores.

Invitaciones para hoy y cada día:
  • Hacer una pausa y dedicar 15 minutos a conocer un poco mejor el espejo que nos muestra el reflejo de nuestra mente y nuestro espíritu.
  • Tomar la decisión de mejorar y hacer caso a lo que Dios tiene para decirnos, seguros de que Él en su infinito amor y sabiduría sabe qué es mejor para cada uno de nosotros, para nuestro entorno y para la humanidad entera.

Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.

Pd: Dios quiere llegar hoy un poco más a tu vida y por eso te propongo el siguiente plan de lectura de la Palabra de Dios, recomendado por el padre Ernesto María Caro: 1- evangelio según san Lucas, 2- Hechos de los Apóstoles (como para tener el panorama completo del Evangelio y los primeros cristianos), 3- las cartas de San Pablo (todos tienen el mismo hilo y la misma teología, Lucas fue discípulo de Pablo, y él escribió su Evangelio y el libro de hechos), después recomienda 4- el Evangelio según san Marcos y 5- las cartas de san Pedro (nuevamente la misma teología, san Marcos fue discípulo de Pedro), después 6- el Evangelio de Mateo con las 7- cartas de Judas, 8- Santiago y finalmente 9- el Evangelio de Juan (el más profundo y espiritual) con 10- sus cartas cartas y 11- el Apocalipsis para cerrar el Nuevo Testamento. Y después 12- el Antiguo Testamento a la luz del Nuevo (que es más fácil de entender sin tanto contexto y simbología como lo tiene el Antiguo); teniendo a Cristo como centro y como base, se hace más fácil comprender el resto de la Sagrada Escritura.