El sabor de la victoria

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Hoy viernes 10 de abril, Viernes Santo, pude experimentar el agradable sabor de la victoria. Estuve intentando hacer dos cosas: poder ver la Pasión de Cristo de forma legal y arreglar el sonido de la grabación del micrófono de la computadora.

Ambas cosas me tomaron más de 4 horas en total, hasta que, finalmente, en un lapso de 20 minutos pude solucionar ambas. Fue simplemente maravilloso el poder haber logrado ambos propósitos luego de tanto esfuerzo.

Menciono los detalles:
  • Busqué en Netflix, HBO Go, Famiplay y luego en un sitio que se llama Justwatch en donde se puede buscar cualquier película y encontrar en donde se encuentra disponible de forma legal. Encontré que se encontraba disponible en Apple TV, con el inconveniente de que yo no poseo ningún dispositivo de la marca Apple; en conclusión, terminé creando una cuenta de Apple y al iniciar sesión en iTunes desde mi computadora, vencí.
  • Desinstalé el controlador de audio de la compudora unas cuatro veces, hasta que por último uno de ellos funcionó. El inconveniente es que el sitio de donde descargué ofrecía una velocidad extremadamente lenta y tuve que esperar 4 horas para poder probar y degustar el éxito de la espera.

También me vino a la mente cuando en la facultad, obtuve una nota 2 en la materia que se puede considerar la más difícil de la carrera, luego de que el profesor había anunciado de forma preliminar el aplazo de la mayoría. Fue un 2 con sabor a 5, por todo el sacrificio realizado y la angustia previa experimentada.

¿Por qué les cuento todo esto? Porque quiero destacar algo que la mayoría ya lo sabe, a mayor sacrificio, más se disfruta el sabor de la victoria.

A veces, esa victoria no es la mejor que podría haber alcanzado alguien, pero sí la mejor victoria que nosotros pudimos alcanzar.

Entonces surgen las preguntas: ¿cuál es la mayor victoria a la que apuntamos?, ¿cuál es aquella que más anhelamos con toda la mente, con todo el corazón y con todas las fuerzas?, ¿cuál es esa por la que estamos dispuestos a sacrificar todo? ¿será el éxito material, la fama, el poder, el amor, el cielo?

Yo creo que ustedes saben cuál es la que yo más anhelo y me fascinaría que la victoria que más deseen cada uno de ustedes sea la misma.

Invitaciones para hoy y para cada día:
  1. Hacer una pausa y preguntarme: ¿cuál es mi mayor anhelo?
  2. Preguntarme también: ¿qué estoy haciendo hoy para que se haga realidad ese anhelo?
  3. Hacer una lista de 5 cosas que progresivamente lo transformen en realidad.
  4. Pedir al Señor fuerza para realizarlas hasta sentir el sabor de la victoria y alegría para disfrutar el camino.

Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.

Pd: empecé mi batalla por hacer todo de forma legal cuando hace unos dos años, Dios me dijo a través de su Palabra: "Todo lo que desearías que los demás hagan por vos, hacélo vos primero por ellos" (Mt 7,12), ya que me había dado cuenta de que independientemente de lo que la ley civil en nuestro país diga, si yo realizo un trabajo, y deseo cobrar por él, me gustaría que todas las personas paguen lo que corresponde.