Hoy sábado 22 de febrero, arranqué mi día tempranito y con mucho ánimo, al volver a mi casa vi en el cielo "la huella" que dejaba un avión en el cielo. Me quedé admirado por este fenómeno.
La huella es el rastro deja tras de sí un cuerpo en movimiento. (En realidad esa "huella" del avión se llama estela de condensación, pero es básicamente lo mismo, sólo que se produce en el aire en lugar del suelo.)
Es entonces cuando cabe lugar a pensar un poco en qué tipo de huellas dejo yo con mi presencia y mis obras en las personas que se encuentran conmigo en el camino.
¿Acaso son huellas de alegría, de justicia y de paz? ¿Tal vez, huellas de esperanza y de amor? ¿O serán todo lo contrario?
Es importante mencionar que la boca, los ojos y el cuerpo, solamente reflejan lo que hay dentro del corazón.
Las huellas finalmente son la consecuencia de nuestras pisadas y las pisadas son dictadas por el corazón y luego por la mente.
Invitación para hoy y para cada día:
- Analizar que tipo de huellas estoy dejando en los demás.
- Analizar que tipo de huellas me gustaría dejar.
- Pedir al Señor su gracia, para que purificando y sanando el corazón y la mente, pueda dejar SUS huellas (de alegría, de justicia, de paz, de esperanza y de amor) en las personas.
Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.
Marco.
Pd: también ayuda el darnos cuenta de que además de que dejar buenas huellas en los demás hace que nos quieran más, la gente nos extrañe y se alegren mucho al vernos, estamos dejando las huellas que Dios mismo nos pide que dejemos.
