El lado positivo

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Hoy jueves 20 de febrero, mientras hablaba por teléfono en el ascensor, luego de una extraña maniobra se me cayó al suelo y se rompió de forma parcial la lámina protectora que le coloqué hace una semana (luego de haber estado como dos meses sin lámina).

Al ver que se me rompió, automáticamente pensé que maaal, encima que hace una semana no más le puse, que puntería...

Después de un ratito me calmé y pude darme cuenta, de que fue algo bueno que le haya colocado la lámina y que solamente la lámina se haya roto y no la pantalla.

El poder verle el lado positivo a las cosas es un don. Un don que puede ir creciendo en la medida en la que lo cultivamos.

Este don nos permite ver cada situación como una oportunidad para aprender algo, crecer y ser un poco más felices.

A veces vemos una enfermedad, una situación económica difícil, un NO a nuestra voluntad como algo malo. Tal vez como un castigo o indiferencia de Dios.

Sin embargo, todo lo bueno que recibimos de Dios, así como las cosas que Él permite que sucedan, son para bien de los que Él ama, y Él nos ama infinitamente a todos.

Suele ocurrir, que tiempo después de que suceden los hechos entendemos el porqué de los mismos. Eso se debe a que nuestra sabiduría humana limitada tarda más en comprender Su Sabiduría.

Invitaciones para hoy y para cada día:
  • Pedir al Señor sabiduría para entender cada hecho de nuestro día y nuestra vida, para poder ver lo positivo que hay en cada suceso.
  • Pedir al Señor fortaleza para sobrellevar con alegría incluso las situaciones difíciles, dando testimonio de  la paz y el amor que producen Su presencia en nuestra vida.

Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.

Pd: la enfermedad o el estar sin trabajo nos permiten tener más tiempo para rezar y son la oportunidad para que a alguien se le ablande más el corazón y pueda darnos una mano. 
Pd2: Tal vez son la oportunidad para que haya más unidad en la familia, para que alguien alrededor se convierta... ¿Quién sabe? Solamente Él, por eso es importante abandonarse en sus manos, confiando plenamente que Él no llega tarde, no juega a los dados y no se equivoca.