Hoy, martes 7 de enero estando de retiro, me puse a correr un poco dentro del terreno de la Casa de retiros.
Al terminar mi corrida me di cuenta de que no tengo tanto estado como el que solía tener.
En ese hecho pude experimentar que tanto con el cuerpo como con la mente, nos cuesta hacer cosas para las que no estamos entrenados y que eso ocurre de forma exactamente igual en el plano espiritual de nuestra persona.
Convenientemente me encuentro en este retiro realizando ejercicios espirituales en donde lógicamente se trabaja el espíritu.
Si yo no estoy entrenado en la oración y comunicación con Dios es muy difícil que cuando en algún momento quiera "saber que haría Dios en mi lugar" lo pueda determinar con la precisión y velocidad que estoy necesitando.
O cuando quiera sentir y disfrutar de una Misa lo pueda hacer si no asisto frecuentemente a ella.
O que pueda controlar mis pensamientos y mi cuerpo cuando tenga la necesidad de hacerlo, por beneficio del otro y propio incluso.
O poder conocerle a Dios, si no le leo en su Palabra y medito sobre lo que dice.
O poder contar con una Comunidad que me acerque a Dios, si nunca formé parte de una o no me interioricé con ella.
Invitaciones para hoy y para cada día:
- Revisar mi estado espiritual.
- Empezar a entrenar de forma más intensa en él:
- mayor frecuencia de Reconciliación y Eucaristía.
- ayuno y oración.
- lectura y meditación de la Palabra del Dios que nos habita.
- unirme y/o compartir más con una comunidad que me acerque a Dios.
Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.
Marco.
Pd: se asume que este "estado" debe ser integral, sin descuidar la parte física y psicológica; ya que no es posible separar las partes de nuestro ser.
