Hoy 24 de diciembre, por algún motivo recordé un sueño que tuve hace unos años. En el sueño se había muerto mi papá.
Al despertar sentí una felicidad inmensa de que sólo haya sido un sueño y fui corriendo a abrazar a mi papá y decirle lo mucho que le quiero. Él no entendía que era lo que me pasaba y me preguntó: "¿Por qué estás tan contento?" y yo le respondí: "solamente porque estás acá".
Después salí de su pieza y en la ducha mientras pensaba sobre este sueño, me nació pedirle a Dios: "Por todas las cosas buenas que hago, solamente te pido una cosa: todavía no le lleves a nadie de mi familia" y Él me respondió: "¿y ahora les tenés?".
Desde entonces me di cuenta que cada vez que me despierto y ellos, cada uno de ellos está ahí, Dios me está concediendo lo que pedí en oración.
Y ése es el milagro diario: LA VIDA. Estamos tan acostumbrados a volver a despertarnos y a que los demás se despierten, que no valoramos nuestra vida ni la de los demás, no somos agradecidos con Dios ni con el resto.
Invitaciones para hoy y para cada día:
- Dar gracias a Dios al empezar y al terminar el día por ese milagro de despertarnos.
- Dar gracias a Dios al empezar y al terminar el día especialmente por ese milagro de despertar a nuestra familia, a nuestros amigos, a la gente cercana que nos cuida y nos hace sentir Su amor de alguna u otra manera.
- Valorar el tiempo que pasamos con la gente, darle toda nuestra atención y amor. Darle prioridad a las personas de nuestro alrededor y menos al mundo virtual.
Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.
Marco.