Hoy miércoles 16 de octubre volví al gimnasio después de aproximadamente 20 días. Y cómo cuesta volver después de haber dejado un período ya relativamente largo (para mí). Creo que este tema de arrancar de vuelta (así como arrancar desde cero) es lo que más cuesta en cualquier actividad porque el cuerpo y la mente no quieeeren salir de su zona de confort.
Es como que se niegan y combaten contra las "cosas nuevas". Pero como todo lo que es realmente valioso requiere un esfuerzo, es importante acostumbrarnos a que nuestra zona de confort sea salir de nuestra zona de confort. Acostumbrarnos a pensar lo suficiente, pero no demasiado, realizar ese proceso de discernimiento si fuera necesario y luego dar el salto venciendo a la pereza.
Sucede que al dejar unos 20 días el gimnasio cuesta volver a vencer esa pereza. Ocurre exactamente lo mismo en el área espiritual de nuestras vidas. Cuesta un montón arrancar la oración, arrancar con el ayuno, arrancar con mayor frecuencia los sacramentos, arrancar la lectura y meditación de la Palabra de Dios.
Peeero, una vez que nos acostumbramos, se vuelven buenos hábitos en nuestra vida que permiten un crecimiento y fortalecimiento espiritual constante.
Por lo tanto, la mejor jugada es arrancar de una, sin dar vueltas, sin importar el día o el estado de ánimo, y ARRANCAR. Una vez arrancado el tema, hacer el máximo esfuerzo de no soltarlo porque: "Arrancar es lo que más cuesta".
Espero que hoy puedas arrancar algo bueno, aunque sea una sola cosa que te haga crecer espiritualmente y puedas perseverar en ella poniéndole una prioridad alta en tu vida. Y si te animás, más de una cosa buena incluso.
Que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.