Hoy jueves 06 de febrero, me tocó escuchar el reclamo de un compañero de trabajo por que le requirieron un monto mínimo para pagar con tarjeta de crédito y de forma intencional me contó a mí, porque sabe que yo ya le reclamé al dueño del local gastronómico y a mí ya me cobran cualquier monto con tarjeta de crédito.
Este hecho me llevó a pensar: ¿por qué lo siguen haciendo? Llegué a la conclusión de que prefieren correr el riesgo de que alguien les denuncie y tengan pagar una multa, que hacer lo correcto. Tal vez consideran que el riesgo de que alguien les denuncie y haga el seguimiento correspondiente es casi nulo.
Y ahora pasamos al plano personal: ¿qué estamos dispuestos nosotros a arriesgar, tal vez no movidos por nuestra avaricia, pero tal vez por nuestra pereza, por nuestra soberbia o nuestra lujuria, por nuestra ira o nuestro miedo?
Tal vez estamos arriesgando nuestra vida eterna, tal vez a una persona amada, a un buen amigo o amiga, tal vez nuestro trabajo, el futuro de nuestros hijos, el planeta donde vivimos, tal vez incluso nuestros sueños están siendo puestos en riesgo, pensando que "el riesgo es bajo". El problema es que el costo de perderlos puede ser demasiado alto, podría cambiar nuestra vida para siempre.
Hay dos problemas con el riesgo: uno, que la consecuencia nos llegue de sorpresa y el otro, es que no nos llegue de sorpresa y nosotros decidamos libremente perder lo que no vinimos cuidando durante mucho tiempo para arrepentirnos tarde.
Hay dos problemas con el riesgo: uno, que la consecuencia nos llegue de sorpresa y el otro, es que no nos llegue de sorpresa y nosotros decidamos libremente perder lo que no vinimos cuidando durante mucho tiempo para arrepentirnos tarde.
Sería bueno mirarlo desde otra perspectiva: ¿qué estamos dispuestos a arriesgar por amor? Yo, todo. Por amor a Dios y por amor al prójimo.
Recomendaciones para hoy y para cada día:
- Analizar: ¿qué estoy arriesgando cada día?
- Pedir al Señor coraje para animarnos a arriesgarlo TODO por amor a Él y al prójimo, nuestros recursos, nuestro tiempo, nuestra vida misma.
Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.
Marco.