El parabrisas limpio

Parabrisas
Hoy miércoles 29 de enero, camino al trabajo le vi a una persona limpiando vidrios en el semáforo y al notar que mi parabrisas estaba sucio, le permití que me lo limpie también a mí.

Inmediatamente me dije a mí mismo: ¡quéeee gusto da ver cuando está limpio!

Y pensar que es también así en la vida misma. Cuando uno tiene el "parabrisas" (la mente y el espíritu) limpio de muchas suciedades que nos impiden ver las cosas como son, podemos verlas con más claridad y con esperanza de que lo mejor siempre está por venir.

Una vez que nuestro "parabrisas" está limpio, también podemos ver los problemas y las situaciones como una oportunidad de aprender algo. 

Esta "limpieza" nos permite disfrutar mucho más de cada día y de cada etapa de la vida en la que nos toca estar.

Lo más lindo es que hay alguien que SIEMPRE quiere limpiarnos, lavarnos, dejarnos relucientes y transparentes para nosotros mismos y para los demás. Limpios a una profundidad a la que nadie más nos puede limpiar. Ese alguien es Dios.

El Señor en todo momento y en todo lugar está disponible para esa "limpieza", que no es otra cosa que sanarnos y liberarnos de todas las cosas que nos hicieron daño, que fueron de cierta forma "manchando" nuestra forma de percibir la vida y a las personas.

Una vez sanados y liberados, estamos mejor preparados para amar a las personas en este mundo tan lleno de ansiedad, de tristeza, de miedo y de violencia; llevándoles la alegría y la paz recibidas de Dios.

Invitaciones para hoy:
  • Pedir al Señor que me muestre cuáles son las cosas en mi mente y en mi espíritu que necesitan sanar y ser liberadas, las que me llevan a ser como soy, a pensar como pienso, a sentir como siento y a actuar como actúo que no van acorde a Su Voluntad.
  • Pedir al Señor que me sane de ellas y me libere, que sea su Espíritu Santo el que ocupe de forma constante el lugar liberado; para ver la vida, al prójimo y a mí mismo, cómo Dios los ve, para amar más a Dios y a los demás.

Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.