Hoy sábado 30 de noviembre me desperté a las 5:40 am para ir a la Misa de las 6:15 am. Como aún continúo sin vehículo, me fui en bicicleta. Al terminar mis actividades por la Parroquia y agarrar la bicicleta para volver, noté que estaba en llanta la rueda delantera.
Caminé unas 16 cuadras con la bicicleta a cuestas hasta llegar a la gomería a la que suelo ir porque el gomero es muy formidable, trabaja bien y cobra el precio justo, además de que lógicamente se encuentra cerca de mi casa.
Al llegar a la gomería estaba bien cerrada, como la mayoría de los locales un sábado a las 8 de la mañana. Entonces continué caminando 5 cuadras más hasta la siguiente gomería. Ya abierta, conversé un poco con el nuevo gomero mientras trabajaba, le pagué y me subí a la bicicleta para finalmente llegar a casa.
Esta breve experiencia de vida cotidiana es un fiel reflejo de la vida misma. Cuando vivimos en gracia (Dios Espíritu Santo obrando con toda su intensidad en nuestro templo) es como viajar diariamente en vehículo con aire acondicionado, se sienten los golpes de los baches, a veces puede que choquemos, pero en general se avanza bastante rápido y de forma segura.
Otras veces, por situaciones de la vida y decisiones que tomamos avanzamos a menor velocidad y de forma más expuesta, así como en la bicicleta.
Oootras veces si que ya nos toca caminar con la bicicleta a cuestas, otras tantas tal vez nos toque ir gateando y por último incluso cuerpo a tierra arrastrándonos para poder avanzar.
En el caso del vehículo, cada tanto necesitamos esas "gomerías" o "talleres" que nos ayuden a volver a funcionar correctamente. Para nosotros esos "lugares" deberían ser:
- Sacramentos (especialmente Reconciliación y Eucaristía)
- Oración y ayuno
- Lectura y meditación de la Palabra de Dios
- Vida en comunidad
Y lo mejor es que a estos "lugares" podemos acceder siempre y de forma gratuita. Y lo ideal sería acudir a ellos lo más frecuentemente posible para que el viaje hacia arriba se haga más llevadero y agradable.
Lo importante es no deternernos nunca, porque en realidad si no avanzamos el mundo nos arrastra hacia atrás (alguien dijo alguna vez: "El que no junta, desparrama. El que no está conmigo, está contra mí"... no hay términos medios, el no avanzar es igual a retroceder).
Cada día estamos viviendo un combate espiritual, una lucha entre el camino corto y el camino correcto; por ello es necesario cada día tomar la decisión de avanzar. Y solamente con las fuerzas de Dios es posible mantener ese avance constante.
Invitaciones para hoy y para cada día:
- Pedir a Dios fuerzas para hoy avanzar un paso más. Y otro paso más. Y otro, hasta que algún día lleguemos a la patria celestial para ser recibidos por Dios con los ángeles y los santos (los que perseveren hasta el final se salvarán).
- Ser nosotros esas "gomerías" para los demás, repartir sonrisas, palabras de esperanza y alegría, nuestro tiempo, nuestro conocimientos, nuestros recursos y más que nada con nuestro ejemplo de vida.
Espero que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.
Marco.
Pd: Lo simpático es que ya estaba pensando en lo que iba a escribir hoy, pero sentí como que Dios quiso que lo viva y lo experimente yo mismo para poder transmitirlo mejor.
Pd2: Yo creo que los retiros espirituales son como un viaje en avión, donde avanzamos lo más rápido posible hacia donde queremos llegar. Por lo que yo recomiendo que en todo momento en que se dé una oportunidad para asistir, que lo aprovechemos.