Este sábado 12 de octubre de 2019 me encontraba manejando sobre la autopista Silvio Pettirossi y veo un cartel: "Velocidad máxima: 60 km/h". Y decidí mantener la velocidad con que venía que era la misma indicada en el cartel.
Fue entonces cuando me di cuenta que muchos otros vehículos hacían caso omiso a la señal de tránsito y en ese momento me di cuenta de que es así mismo con Dios.
Muchas veces va poniendo "señales de tránsito" en nuestras vidas indicándonos diferentes cosas, como podrían ser:
- "Prohibido adelantarse", indicándonos que no nos apuremos, que es momento de ser pacientes y pedir su fortaleza para aguantar ese momento vivido.
- "Pare", indicándonos que es momento de hacer una pausa, de calmarnos, de rezar y pensar un poco antes de continuar con nuestro día o nuestra vida.
- "Prohibido estacionar y detenerse", hay lugares donde es mejor ni siquiera detenerse a perder el tiempo. La vida es demasiado corta y valiosa.
- "Contramano", definitivamente no es el camino por el cual deberíamos estar yendo y es momento de frenar, dar la vuelta e ir por el camino que corresponde
Yyy así, podríamos tal vez dar cientos de ejemplos de los mismos; sin embargo, cuál es el inconveniente? Especialmente hoy en el mundo en el que vivimos?
Una de dos:
- Estamos tan ocupados con nuestras cosas (Netflix, Spotify, Instagram, trabajo, estudio, etc, etc) y nuestro ritmo acelerado que simplemente no vemos las "señales de tránsito".
- Vemos las "señales de tránsito" pero decidimos aplicarle un "que lo que tanto" o un "nadie luego le hace caso a las señales" y decidimos hacer lo que a nosotros se nos da la gana.
Yo creo que los mejores resultados en nuestra vida empiezan a darse en la medida en la que empezamos a prestar atención a SUS "señales de tránsito" y seguir lo que nos marcan. De esa forma, cometemos una cantidad mucho menor de errores y una cantidad mucho mayor de aciertos.
Espero que hoy, podamos prestar más atención a las "señales" y decidamos hacer lo que nos indican!
Que tengas un excelente día, que Dios te bendiga y la Virgen te acompañe.
Abrazo en Cristo,
Marco.